29 julio, 2022

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Desarrollo de la microbiota intestinal en el recién nacido

Mª Isabel Vasallo Morillas. Directora de San Antonio Technologies. Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).


En general, se acepta que el intestino humano no es microbiológicamente estéril al nacer sino que la colonización bacteriana comienza en el útero. En el momento del nacimiento la microbiota intestinal sufre un importante cambio y su desarrollo durante la infancia es una sucesión compleja de especies de bacterias influenciada por factores como el tipo de parto (vaginal o por cesárea), el tipo de alimentación (leche materna exclusiva o fórmula infantil), la edad gestacional, el uso de antibióticos, la hospitalización, la higiene y el ambiente que rodea al neonato. El tracto gastrointestinal del recién nacido sufre una rápida colonización durante los primeros días de vida hasta alcanzar una población estable similar a la de los adultos aproximadamente a los dos años de edad, tras la introducción de los alimentos sólidos.

Existe un balance dinámico entre la microbiota intestinal, la fisiología del intestino y la dieta, que ejerce una influencia directa en la adquisición inicial, desarrollo, sucesión y eventual estabilidad del ecosistema del intestino. El mantenimiento de una microbiota predominante en bifidobacterias proporciona protección frente a bacterias patógenas, estimula el desarrollo del sistema inmunitario y ejerce importantes funciones metabólicas lo que repercute positivamente en la salud del lactante. Incluso, numerosos estudios han demostrado la relación entre la presencia de bacterias beneficiosas en el colon y la reducción del riesgo de desarrollar determinadas enfermedades en etapas posteriores de la vida, como la obesidad.

De todos los factores que condicionan la composición de la microbiota intestinal en los niños sanos, los más importantes son el tipo de parto y el tipo de alimentación.

Tipo de parto

Está bien establecido que el tipo de parto tiene un efecto significativo en el desarrollo inicial de la microbiota intestinal siendo crucial en la selección de los primeros colonizadores. Durante el parto vaginal, los microorganismos de las heces maternas llegan al intestino del recién nacido, al igual que la microbiota procedente de la vagina. A lo largo de los dos o tres días posteriores al parto, especies como enterobacterias, Estreptococos y Estafilococos invaden el intestino del recién nacido y se reproducen. La presencia de estas bacterias ocasiona un consumo gradual de oxígeno y producción de nuevos metabolitos que contribuyen a preparar el medio intestinal para el establecimiento de una población anaerobia estricta dominada por Bifidobacterias (predominando B. longum y B. catenulatum), Clostridium y Bacteroides cuyo papel en la maduración intestinal es muy importante. Posteriormente tiene lugar la colonización por Lactobacilos.

Desde el punto de vista cuantitativo, los recién nacidos por cesárea parecen tener un reducido número de géneros bacterianos comparados con aquellos nacidos por vía vaginal. Además, durante el parto por cesárea la exposición a las bacterias del ambiente hospitalario (personal sanitario, aire, equipos, otros recién nacidos), tienen mayor influencia que la exposición a las bacterias de la madre, determinando así la microbiota intestinal de los neonatos. Los niños nacidos por cesárea presentan en general menor número de Bifidobacterias y miembros del grupo Bacteroides fragilis así como recuentos elevados de Clostridium difficile en comparación con los recién nacidos por vía vaginal.

Tipo de alimentación

El desarrollo de la microbiota intestinal está profundamente influenciado por el régimen de alimentación. Así, durante los primeros días de vida, la leche materna estimula el crecimiento de las Bifidobacterias llegando a ser la especie dominante. Las pruebas sugieren que la sustitución de la leche materna por la de fórmula afecta a la abundancia relativa de algunos y colonizadores intestinales tempranos específicos, especialmente Bacteroides y Bifidobacterium. La presencia de oligosacáridos en la leche humana (hMO) promueve cambios en la composición de la microbiota y por tanto en su metabolismo que afectan al desarrollo general del intestino. Cabe destacar que el microbioma intestinal experimenta un cambio esencial hacia un "tipo adulto" cuando se introducen los alimentos sólidos durante el destete. La transición completa de una dieta exclusivamente láctea a una dieta de alimentos sólidos es fundamental para la evolución de la microbiota que pasa de ser una comunidad simple enriquecida en Bifidobacterias a un sistema polimicrobiano mucho más complejo.

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