28 octubre, 2022

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¿Cómo hacerle frente a la astenia otoñal y recuperar la energía?

Con el paso de la época estival al otoño, el cuerpo humano sufre varios cambios. La vuelta a la rutina, menos horas de sol, el descenso de las temperaturas o una mayor cantidad de días con lluvia, hace que nos sintamos diferentes. Muchas veces este cambio repercute en un peor estado de ánimo, mayor estrés o un aumento de la fatiga.

No le pasa a todo el mundo ni se trata de ningún tipo de enfermedad. Por lo general, suele durar unos días o semanas, hasta que el cuerpo se habitúe a las nuevas condiciones. Para hacerle frente es muy importante llevar una rutina de buenos hábitos, sustentada por la práctica de ejercicio físico, un buen descanso y una correcta alimentación como pilares fundamentales.

Alimentación durante el otoño

En cuanto a la alimentación, es importante tener en cuenta que algunos alimentos son más interesantes que otros y saber en qué grupos de alimentos basar nuestra dieta puede generar cambios muy beneficiosos en nuestra salud.

  • Verduras y hortalizas:  una dieta basada en estos dos alimentos nos facilitará llegar a los requerimientos mínimos de gran parte de las vitaminas y minerales que se necesitan para el correcto funcionamiento del organismo. Estos grupos de alimentos poseen una grandísima densidad nutricional, lo que quiere decir que en poco aporte energético contienen mucha cantidad de nutrientes.
  • Fruta y frutos secos: su ingesta debe ser diaria, ya que además de contener una gran suma de micronutrientes, destacan por su aporte energético, necesario para paliar esa sensación de fatiga.
  • Legumbres: son indispensables en nuestra alimentación. Son ricas en proteínas e hidratos de carbono de absorción lenta y presentan un contenido en grasas bajo; en su mayoría grasas insaturadas. Además, nos aportan una buena cantidad de vitaminas y minerales.

Tampoco hay que olvidarse de una buena hidratación, la bebida por excelencia debe ser el agua, pero también existen otras bebidas saludables como son el té, el café, la leche o incluso algunas bebidas vegetales.

Por otro lado, en cuanto a la práctica de actividad física, lo ideal es combinar ejercicios de fuerza muscular con ejercicios de tipo cardiovascular. Adaptar el tiempo e intensidad a nuestras necesidades e ir poco a poco progresando.

Y por último,  el descanso,  tanto la cantidad como la calidad del sueño es muy importante. Es fundamental llevar unos horarios de descanso acordes al ritmo de vida de cada uno.


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